Cómo ajustar la inversión a la crisis del coronavirus

 

Las bolsas siguen pendientes de la crisis del coronavirus. Para Natalia Aguirre, directora del Departamento de Análisis, “lo que realmente pone nerviosos a los inversores es la incertidumbre de cuál será el impacto tanto a nivel economía global como a nivel de resultados empresariales”.

Por ello, desde el Departamento de Análisis aconsejan prudencia y poner la vista en el largo plazo. “Somos conscientes de que va a haber un impacto sustancial en el corto plazo, pero lo que hay que ver es qué ocurre en el medio plazo. Somos muy defensores del slow finance y creemos que hay que mirar la capacidad de las compañías para generar beneficios en el medio-largo plazo”, apunta Aguirre.

Ahora hay que ver cuál va a ser el impacto del coronavirus en el ciclo económico, en los datos de actividad económica y los resultados empresariales, sobre todo, por las medidas de prevención que se están adoptando y que están suponiendo disrupciones importantes en la cadena de valor de producciones, ya que muchas compañías con producciones en China  pueden ver alterado su negocio.

«Se trata, por tanto, de ver, no sólo cuál va a ser la cuantía del impacto del coronavirus sino el tiempo en el que se va a producir. Por el momento podemos seguir la evolución del ritmo de contagios», aconseja Aguirre.

No podemos saber con exactitud dónde está el suelo del mercado, porque va a haber muchísima volatilidad intermedia hasta que se vea una contención de la situación actual. Sin embargo, según la directora de Análisis de Renta 4 Banco, es posible encontrar oportunidades de compra: «Podemos empezar a observar caídas como las que se han producido en muchos valores del orden del 30-35% desde los máximos de 2019, que han llevado a rentabilidades por dividendo a niveles del 7-8-10%, que pueden ir abriendo oportunidades interesantes de inversión, que iremos incorporando en nuestras carteras y que seguiremos monitorizando en las próximas semanas».

En su último artículo, «El coronavirus despierta todos los fantasmas», Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4 Banco, cree que la recuperación será en U, en vez de en V, y que el coronavirus ha llegado en un momento en el que los mercados de activos llevaban tiempo sobrevalorados.

Tras esas fuertes caídas todo el mundo está esperando un rebote, y lo normal es que lo haya, porque las ideas perviven en el tiempo mucho más allá de que sea evidente su falsedad, y el pensamiento «Whatever It Takes» (los Gobiernos y los Bancos Centrales pueden arreglarlo todo) sigue vivo. Los inversores siguen instalados en el «buy the dips» (comprar en las caídas) y si hay anuncios de medidas fiscales o monetarias habrá rebote, pero precisamente si llega ese rebote será el momento de recordar los problemas de fondo que el coronavirus ha puesto de manifiesto.

Hay, o al menos debería haber, un antes y un después del coronavirus, tanto en la economía como en las Bolsas. La economía global ha venido acumulando desbalances y riesgos muy diversos, desde la nueva posición de China como potencia emergente y su contencioso con EE.UU. por el liderazgo, que es un tema de muy largo alcance, hasta la burbuja de los bonos soberanos, pasando por la mala asignación de recursos tras diez años de intervención monetaria permanente en los mercados. Hay problemas estructurales y el coronavirus ha tenido la función de hacérselos ver a unos inversores que estaban dormidos. Además, más estímulos significa más deuda, y ese será el problema derivado del coronavirus a medio plazo, porque la deuda limita el crecimiento.

Juan Carlos Ureta

Presidente, Renta 4 Banco

Los efectos nocivos de la pandemia del coronavirus COVID-19 sobre la economía provienen no sólo de la propia propagación de la enfermedad, sino principalmente de las radicales medidas adoptadas para prevenir la expansión del virus. Así lo expone Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco, en su último artículo: Helicóptero monetario contra el coronavirus.

Mediante políticas monetarias y políticas fiscales se puede intentar paliar parcialmente los efectos sobre la demanda, pero es mucho más complicado revertir los shocks de oferta. Hong Kong, con menos de 100 casos de contagio conocidos, acaba de adoptar medidas extraordinarias que reflejan la magnitud del impacto del COVID-19 en su economía. Cada ciudadano hongkonés mayor de 18 años recibirá un pago equivalente a 1.100 euros (HK$ 10.000).

El llamado «helicóptero monetario» ya está aquí. Cada ciudadano podrá destinar a lo que más le plazca el «regalo» de 1.100 euros. Sin embargo, si continúan las recomendaciones de no acudir a centros de ocio con aglomeraciones de personas, difícilmente lo destinará a consumo de ocio en cines, teatros o viajes. El shock de oferta en dichos sectores, entre otros, no se revertirá por regalar dinero a los ciudadanos. 

Jesús Sánchez-Quiñones

Director General, Renta 4 Banco

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