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ras  años en los que apenas se les hacía caso dada su baja o nula rentabilidad, llevamos meses en los que no paramos de escuchar hablar de las Letras del Tesoro o, simplemente, de los bonos del Estado, instrumentos de deuda pública esenciales para afrontar las necesidades de inversión que tiene cualquier país. Veamos aquí sus características al detalle, funcionamiento y diferencias.

¿Qué hace una familia cuándo necesita afrontar un gasto elevado como la compra de un coche, vivienda o la reforma de esta y no tiene dinero suficiente? Pues pedir al banco un préstamo que devuelve con intereses. Eso mismo -o algo muy parecido- hace el Estado cuando necesita más dinero del que recauda con impuestos, con la gran diferencia de que el gasto se destina a la construcción de hospitales públicos, grandes infraestructuras u otras necesidades presupuestarias, y que en este caso el ‘banco’ que presta cobrando intereses somos los ciudadanos u otros tipos de inversores.

La manera de articular esa solicitud de financiación es mediante emisiones de activos de deuda pública como son los bonos u obligaciones del Estado y las Letras del Tesoro. Así, cuando compras uno de esos activos lo que estás haciendo es prestar a la Administración una cantidad de dinero, durante un periodo de tiempo acordado y a cambio de un interés fijado de antemano y que se cobra a vencimiento o de forma periódica.

¿Qué tipos de bonos del Estado encontramos en España?

Aunque muchas veces llamamos bonos del Estado en general a los títulos de deuda pública, en realidad no todos esos activos se denominan así. En función del plazo de vencimiento y la manera en la que se cobran los intereses, en España tienen diferentes nombres.

Letras del Tesoro

Son a corto plazo y existen con distintos plazos de amortización: 3, 6, 9 y 12 meses. Se emiten al descuento, es decir, no hay pago de intereses de manera periódica, sino que la rentabilidad es la diferencia entre el precio que pagamos al comprarlos y lo que nos embolsamos al venderlos. Las subastas suelen ser dos martes al mes.

Este es el tipo de título de deuda pública que ofrece plazos de vencimiento más breves, por lo que el Estado lo utiliza cuando necesita financiación a corto plazo y al menor coste posible.

Bonos del Estado

Su plazo de amortización es a 3 y 5 años. Son valores con interés periódico en forma de cupón fijo. Este se paga cada año y representa el tipo de interés nominal del bono. Se subastan habitualmente una vez al mes, normalmente el primer jueves.

Obligaciones del Estado

Su plazo de vencimiento es superior a cinco años. Concretamente, en España el Estado emite obligaciones a 10, 15, 30 y 50 años. Igual que los bonos, se cobra un interés anual en forma de cupón fijo. Se subastan generalmente el tercer jueves de cada mes.

Es habitual que el resultado de este tipo de emisiones sirva para medir el nivel de confianza de los mercados en la economía de un país, puesto que de alguna manera refleja su capacidad de pago a largo plazo.

Todos estos activos son emitidos por el Tesoro público, por eso a veces se habla también de bonos del Tesoro.

 

¿Cómo funcionan los bonos del Estado?

Imaginemos, por ejemplo, que has invertido 5.000 euros en un bono del Estado a 5 años con un cupón anual del 3%. En ese caso, el Estado te pagará ese interés, es decir 150 euros, cada uno de esos cinco años y cuando se alcance la fecha de vencimiento, te devolverá tu inversión original de 5.000 euros.

Tanto para las letras del Tesoro como para los bonos u obligaciones del Estado, la inversión mínima que puede solicitarse en una subasta es de 1.000 euros y las peticiones por importes superiores han de ser siempre múltiplos de 1.000 euros.

Además, hay que tener en cuenta que hay un calendario de subastas que el Tesoro publica a comienzos de año y que cambia de un ejercicio a otro. Fuera de esas fechas, la única opción para invertir en estos activos es hacerlo a través del mercado secundario, en el que se negocian una vez emitidos o mediante fondos de inversión de renta fija que estén expuestos a esta clase de deuda.

¿Cómo comprar bonos del Estado?

Hay distintas vías. La directa es comprar en las subastas acudiendo a las oficinas de Banco de España, con cita previa, o accediendo a la web de Tesoro. Pero quizás la más cómoda y sencilla es hacerlo a través de tu banco, sociedad o agencia de valores.

Por ejemplo, Renta 4 te da acceso directamente a las subastas, pero también al mercado secundario SEND en el que se negocian, pudiendo comprar y vender en el momento que más convenga, sin tener que esperar al vencimiento, y también por cantidades diferentes a los 1.000 euros obligatorios en las transacciones con el Tesoro.

Otra opción interesante, como mencionábamos, es acceder a bonos del Estado a través de un fondo de inversión que tenga estos activos en su cartera. Utilizar este tipo de producto nos puede aportar diversificación, liquidez diaria y aprovechar la ventaja fiscal que acompaña a los fondos y que supone no tributar por los rendimientos hasta el momento del reembolso.

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